domingo, 8 de enero de 2012

Camellos que caminan en cemento

Cuando decidimos dejarlo todo,
Todo nos golpeó en el rostro
y tocó una tonada
que decía algo así
"Olvídense del individuo,
somos el utilitarismo"

Extasiados por semejante sonido
volvimos a ser parte
y encontramos trabajo regalando sonrisas
en Mcdonalds y Burger Kings.
Pero el día se hacía corto
y al salir a la calle
sólo queríamos un cigarrillo y
echarnos en la acera a dormitar.

Así que rompimos el acuerdo de caridad
y escupimos en la cara del payaso y de Todo,
nos instalamos en un bar
de esos donde nadie tiene
(ni se preocupa) de la utilidad.

Cuando decidimos dejarlo todo,
tomamos unas pilchas,
agua y cajetillas.
Volamos sin tocar la tierra
con sus manoseadas ocho horas.

Procuramos no llorar sobre
los gritos democráticos
que nos sobornaban
promoviendo falacias.
Decían que eramos el futuro de esta sociedad.

Desde esa frase
que respondemos con un nihilismo
completamente necesario
para aligerar el peso
de las espaldas encorvadas.

2 comentarios:

  1. Hola. Ojalá nunca dejes de escribir (o te cambies de blog sin que yo lo sepa, que sería lo mismo para el caso).

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  2. Gracias. No quiero dejar de escribir, por lo mismo no quiero que me de parkinson porque tampoco puedo escribir solo en el compu... necesito el papel

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