Hijas del patriarca

Estulta maniobra la que osa
llamar vida al fluido que ciego de placer
corre desde mi vagina
a tus testículos ignorantes.

Ignorantes de lo que el impotente
y la frígida proclaman
como maternidad del patriarcado.

Mutante que sin asco
quiere arrancar de mis entrañas
anónimos y oprimidos hijos.

(Succionar pretende
todo hálito de esperanza)

A hijas de hijas sucesivas
con la misma estulta maniobra
manipular pretenden
para seguir mofándose
de esta cadena
con sus dientes débiles
y la panza inevitablemente
llena de fetos putrefactos.

Monógamos sin un minuto.

Celebrar en murmullos
la gracia divina del dictamen
de otro cuerpo.
Celebrar el jolgorio
apresurado, maniatado
vio-len-ta-men-te
dueño del único minuto
que desapercibido,
logró mofarse de la monógama
moraleja impuesta.

Mudoprimido.

Aún tenemos la boca llena
y los oídos tapados en gritos
que retumban al son de la cóncava
desgracia de por estos mundos.

Aún no podemos modular una mísera sílaba
que nos libere de la Santa Dama,
la que se esmera en dictar
instrucciones y caridad.

Aún
los ojos cristalinos y cabizbajos
a veces osan en brillar...
quizás pretenden con lágrimas
acallar el coro de opresión
que habita como un cáncer en
los  estómagos.

Maldición 2º

Conjeturas por millones devoramos
que se vomitan al instante

Ojalá no verlas pronto,
convertidas
en ilusiones depravadas.